La conexión entre el interior y el exterior de una vivienda es clave para lograr un ambiente fluido, armónico y estético. Cuando ambos espacios se integran de forma natural, no solo se amplía la percepción del hogar, sino que también se potencia el disfrute del entorno exterior sin renunciar a la comodidad interior. Ya sea un jardín, una terraza o un balcón, incorporar estos espacios a la vida cotidiana transforma el ambiente, aportando frescura, luminosidad y una sensación de apertura que revitaliza todo el hogar.

Usa materiales y colores que se complementen

La elección de materiales y colores define la armonía entre interior y exterior. Repite acabados en ambos espacios, como suelos de madera o pavimentos similares, para generar continuidad. Los tonos neutros gris, beige o blanco funcionan como base y complementos, incluso detalles como cojines, alfombras o textiles que repitan la paleta ayudan a crear cohesión visual.

Cada detalle cuenta para crear una armonía perfecta, natural y fluida. ¡Transforma tu hogar...!